Tratamiento con Eribulina para cancer de mama

La lucha contra el cáncer avanzado de mama cuenta con un nuevo aliado surgido del fondo del mar. Se trata de la eribulina, un fármaco de quimioterapia obtenido de una esponja de mar (Halichondria okadai), tóxica y muy frecuente en la costa japonesa del Pacífico, que puede mejorar en un 20% (unos dos meses) la esperanza de vida de las mujeres ya tratadas previamente y que padecen metástasis, según los resultados de un ensayo clínico que publica hoy la revista The Lancet y que ya habían sido avanzados en distintos congresos de oncología.


Ya existen tratamientos para los tumores avanzados que no solo sirven para combatir la enfermedad, sino que permiten mejorar, cada vez más, la calidad de vida de las pacientes. Pero hacía 10 años que no aparecía un nuevo medicamento que, sin necesidad de combinarse, tuviera un impacto en la supervivencia de las pacientes con este tipo de neoplasias.
El estudio (en fase III, destinado a medir su eficacia y toxicidad respecto a los tratamientos actuales) ha sido coordinado por el grupo de cáncer de mama del Instituto de Oncología Vall d'Hebron y contó con la participación de 762 mujeres de más de 130 centros sanitarios de 12 países previamente tratadas (entre dos y cinco ciclos de quimioterapia con antracina o taxano). A 508 se les administró eribulina. A las 254 restantes se les ofreció el mejor tratamiento que se consideró en cada caso para tratar el tumor, ya fueran los medicamentos de quimioterapia existentes, un abordaje con terapia hormonal o contra dianas moleculares. El resultado fue que las personas tratadas con eribulina alcanzaron una supervivencia media de 13,6 meses frente a los 10,5 del resto de tratamientos. Respecto a los efectos secundarios, un 54% de las pacientes tratadas con este fármaco sufrieron astenia o fatiga (frente al 30% del otro grupo de mujeres) y un 52% neutropenia -caída de glóbulos blancos- (por un 30% en el resto de pacientes). El problema más común fue la neuropatía periférica (dolor y pérdida de la sensibilidad muscular), que obligó a suspender el tratamiento en el 5% de los casos.
"La eribulina ha demostrado ser eficaz en todos los tipos de cáncer de mama", apunta Javier Cortés, director de la unidad de cáncer de mama del Vall d'Hebron y primer firmante del artículo. Cortés explica que este medicamento tiene un mecanismo de doble acción. "Por un lado impide la división de las células tumorales, algo que ya hacen otros tratamientos de quimioterapia; pero además la eribulina se une a la tubulina (unas proteínas esenciales para el esqueleto interno de la célula) y produce unos agregados que matan la célula tumoral", señala el investigador del centro catalán.
"Este estudio en fase III sugiere que usado como agente aislado, este fármaco podría acabar siendo un nuevo patrón de terapia en mujeres con intenso tratamiento previo a una metástasis de cáncer de pecho", según los autores del trabajo.
Anna Lluch, jefa del servicio de hematología y de oncología médica del hospital Clínico de Valencia, recuerda que ya existen 12 tratamientos para las mujeres con metástasis de cáncer de pecho, con lo que este nuevo producto supondría una opción terapéutica más. Además de su importancia, al haber demostrado ser eficaz en la lucha contra los tumores, esta especialista destaca la posibilidad de que también pueda ser activo en fases más iniciales del tumor. De hecho, esta posibilidad será el objeto de un próximo estudio que también lidera el Vall d'Hebron. "Vamos a analizar a qué pacientes puede beneficiar más y si es eficaz en tumores localizados sin metástasis".
La FDA (el órgano de control de medicamentos en Estados Unidos) ya ha autorizado la venta de este producto, que comercializa el laboratorio japonés Eisai bajo la marca Halaven. "En Europa probablemente esté aprobado por la agencia del medicamento en junio", afirma el oncólogo catalán.
Ya existe otra medicación tumoral autorizada surgida del fondo del mar. Se trata de Yondelis (de la empresa española PharmaMar) indicada para tratar sarcomas y cáncer de ovario.