El cáncer de lengua es tal
vez el tumor maligno que más altera la calidad de vida del paciente. Por ser la
lengua un órgano muy inervado, cuando el tumor crece produce dolores muy
intensos, al punto de no poder tragar ni la propia saliva, la que se escurre por
las comisuras. Además de no poder alimentarse, el dolor hace insoportable la
deglución, lo mismo que el habla. Posteriormente se presentan infecciones,
debido al medio séptico de la boca, lo cual, además de la gran dificultad que
hay para hacer una adecuada higiene oral, conllevan un mal olor insoportable, no
sólo para el mismo paciente, sino para las personas a su alrededor.
El sitio en que con mayor
frecuencia se presenta el cáncer de lengua es en los dos tercios anteriores,
seguido por el borde lateral del tercio medio. Los siguientes en frecuencia son
los de la base y por último los situados por debajo de la punta de la lengua.
Los signos y síntomas más
importantes pueden ser:
Los carcinomas de los dos
tercios anteriores de la lengua son, casi siempre, de tipo escamocelular bien
diferenciados.
Son menos frecuentes los
mal diferenciados de células transicionales, pero
cuando se presentan son de peor pronóstico y desarrollan metástasis más
rápidamente.
La diseminación linfática se
realiza principalmente a los ganglios digastricos y submaxilares, aunque pueden
saltar estaciones ganglionares dando metástasis en el tercio medio yugular.
Entre el 25% y 35% de los pacientes se presentan a la consulta con ganglios
clínicamente positivos y 5% son bilaterales.
La estadificación
generalmente es reconocida como un factor fundamental en el pronóstico de los
pacientes. En el caso de los carcinomas de lengua esto es realmente importante
ya que los T4 tienen un pronóstico pésimo y el tratamiento es, casi siempre, muy
mutilante llegándose con frecuencia a glosectomía total con el consiguiente
deterioro de la calidad de vida para el paciente.
Los carcinomas del piso de la
boca son, como regla general, menos diferenciados que los de la lengua. Son,
prácticamente todos, escamocelulares y queratinizados.
Clínicamente, se presentan
inicialmente como una pequeña úlcera limpia, de base áspera, de bordes elevados,
infiltrados y duros. En un principio se aprecia pequeña invasión subyacente y
posteriormente la induración se hace profunda, dentro de la lengua o el piso de
la boca.
Otro tipo clínico es el
papilomatoso o proliferativo. Es histológicamente menos diferenciado. Se
presenta generalmente en la punta de la lengua y muy ocasionalmente, en el piso
de la boca . Tiene marcada hiperqueratinización,
invade tardíamente los músculos y los linfáticos; el pronóstico es mejor que en
los tipos anteriores.
El tipo infiltrante presenta
histológicamente menos diferenciación, crece más rápidamente, produce invasión
linfática y por lo tanto metástasis cervicales más tempranas. El carcinoma no
ulcerado es el menos frecuente; casi siempre se presenta en la base de la lengua
o en los bordes laterales. Es el que más precozmente presenta dolor, por su
origen en los planos profundos y sólo tardíamente se ulcera.
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