Un estudio reciente ayuda a desmentir la creencia de que los
dispositivos intrauterinos, utilizados como método anticonceptivo,
aumentan el riesgo de contraer cáncer cervical. De hecho, la evidencia
demuestra lo contrario. Aquí te contamos más detalles sobre este
descubrimiento y qué otros hábitos puedes adoptar para disminuir el
riesgo de desarrollar cáncer cervical.
El cáncer de cervical o del cuello del útero es uno de los que más
afecta a las mujeres en todo el mundo, luego del cáncer de mama. Por
eso es una de las principales preocupaciones en cuestiones de salud de
la mujer.
Un estudio reciente publicado en Lancet Oncology, encontró
que, a diferencia de lo que se creía, el uso de los tradicionales DIU o
dispositivos intrauterinos que se colocan para evitar el embarazo,
también puede disminuir las posibilidades de desarrollar el cáncer
cervical.
Asimismo, el estudio analizó la relación entre el uso del DIU y el
VPH (Virus del Papiloma Humano), que es el principal causante del
cáncer de cuello del útero. Del mismo modo, si bien en estos casos no
resultó ser efectivo para evitar el contagio del VPH, el DIU sí actuó
como barrera para disminuir el desarrollo del cáncer.
Para llegar a estos resultados, el equipo de investigación, del Institut Català d’Oncologia
en Cataluña, España, analizó 26 estudios previos que incluían datos de
más de 20 mil mujeres de una docena de países, a quienes siguieron por
más de 10 años. Así encontraron que las que usaron un DIU durante al
menos un año disminuyeron su riesgo de desarrollar cáncer cervical a la
mitad. Los investigadores piensan que esta disminución puede deberse a
que el poner y quitar el DIU podría destruir algunas de las células
precancerosas o que quizá podría estimular al sistema de defensa a
producir una respuesta inmune que ayudara a evitar que el VPH
progresara a cáncer.
Como su nombre lo indica, el cáncer cervical (también conocido como
del cuello del útero o del cuello de la matriz), es el que se
desarrolla en esta parte del cuerpo de la mujer, denominada cérvix, que
se ubica en la parte superior de la vagina.
Prácticamente todos los cánceres cervicales son causados por una
infección con ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH), que
daña lentamente las células que cubren el cuello del cérvix. El VPH es
una infección muy común entre las mujeres sexualmente activas, aunque
sólo pocas mujeres que se infectan con este virus desarrollan el cáncer
cervical.
Las fumadoras y las mujeres que están infectadas con el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) tienen más posibilidades de desarrollar
anormalidades cervicales o en el cuello de la matriz si están
infectadas con el VPH. Para evitar la transmisión y el desarrollo del
cáncer cervical, desde hace unos años existe una vacuna contra el VPH que en algunos países se recomienda para todas las adolescentes.
En general, el cáncer del cuello del útero no produce síntomas hasta
que está avanzado. Por eso es tan importante hacerse controles
ginecológicos con regularidad. El/la especialista te indicará que te
realices un estudio que se denomina Pap o Papanicolau,
que entre otras cosas permite detectar de manera temprana el cáncer del
cuello del útero o cáncer cervical (o cérvico-uterino).
Cuando se presentan síntomas, la mujer puede sentir:
- Secreción o flujo vaginal sin color o teñido de sangre.
- Manchado (por sangrado) después de tener relaciones sexuales o sangrados anormales.
- En las etapas más avanzadas, puede causar dolor pélvico, pérdida del apetito y/o anemia.
Afortunadamente, hoy existen varias formas de evitar su desarrollo o
disminuir las posibilidades de padecerlo. La principal es la vacuna
contra el VPH, aunque esto sólo es útil en el caso de las adolescentes.
Si ese no es tu caso, otras medidas pueden ayudarte a prevenir el
cáncer cervical. Por ejemplo:
- Limitar el número de parejas sexuales para reducir la posible exposición al VPH, VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
- Utilizar preservativos (condones) cuando tengas relaciones sexuales, para disminuir el riesgo de infección por VPH (a menos que tengas una sola pareja sexual que no está infectada).
Además de las mencionadas, otras acciones comunes para disminuir el
riesgo de desarrollar cualquier tipo de cáncer incluyen: dejar de fumar
si fumas (mejor aún, nunca empezar) y llevar una dieta sana acompañada
de una rutina de ejercicios. Todos estos hábitos te permitirán vivir
más y mejor.
Fuente: www.vidaysalud.com