Los antioxidantes son sustancias que pueden proteger a las células contra el daño causado por las moléculas inestables conocidas como radicales libres. El daño provocado por los radicales libres puede dar lugar a un cáncer. Los antioxidantes interactúan con los radicales libres y los estabilizan, pudiendo evitar parte del daño que los radicales libres pueden causar. Ejemplos de antioxidantes incluyen: beta caroteno, licopeno, vitaminas C, E, y A, y otras sustancias.
¿Pueden los antioxidantes prevenir el cáncer?
Las múltiples evidencias procedentes de estudios químicos, de cultivo celular y con animales, indican que es muy probable que los antioxidantes puedan retardar o prevenir el desarrollo del cáncer. Sin embargo, la información de experimentos clínicos recientes no es muy clara. En los últimos años, las investigaciones a gran escala, mostraron conclusiones contradictorias.
¿Qué mostraron las investigaciones a gran escala anteriores?
Cinco experimentos clínicos publicados en los años 90 obtuvieron conclusiones diferentes sobre el efecto de los antioxidantes en el cáncer. Los estudios examinaron el efecto del beta caroteno y de otros antioxidantes en el cáncer en diversos grupos de personas. No obstante, el beta caroteno parecía tener efectos diferentes en función del grupo de pacientes.
Las conclusiones de cada estudio son las siguientes:
El primer estudio a gran escala sobre los antioxidantes y el riesgo de cáncer fue un estudio chino publicado en 1993. Este estudio investigó el efecto sobre el cáncer de una combinación de beta caroteno, vitamina E, y selenio en hombres y mujeres chinos sanos con un alto riesgo de padecer cáncer gástrico. El estudio mostró que una combinación de beta caroteno, vitamina E y selenio reducía significativamente la incidencia de cáncer gástrico y de cáncer en general. (1)
Un estudio hecho en 1994 investigó el efecto de la vitamina E y el beta caroteno. Los resultados mostraron que los índices de cáncer de pulmón de hombres fumadores finlandeses aumentó perceptiblemente con el beta caroteno y no se vio afectado por la vitamina E. (2)
Otro estudio realizado en 1994 con betacaroteno y retinol (vitamina A) mostró también un posible aumento en el cáncer de pulmón asociado a los antioxidantes.(3)
Un estudio realizado en 1996 no encontró ningún cambio en la incidencia de cáncer asociada al beta caroteno y a la aspirina tomados por médicos de sexo masculino estadounidenses.
Un estudio realizado en 1999 investigó los efectos de la vitamina E y el beta caroteno en la prevención del cáncer y de la enfermedad cardiovascular en mujeres mayores de 45 años. Entre mujeres sanas, no parecía producirse ningún daño ni beneficio con los suplementos de beta caroteno.