¿Qué es?
Cuando las células sanguíneas inmaduras (los blastos) proliferan, es
decir, se reproducen de manera incontrolada en la médula ósea y se
acumulan tanto ahí como en la sangre, logran reemplazar a las células
normales. A esta proliferación incontrolada se le denomina leucemia.
Causas
La
causa de la leucemia se desconoce en la mayoría de los casos. Sin
embargo, está demostrado que no es un padecimiento hereditario o
contagioso. La mayor parte de las veces se presenta en niños
previamente sanos. Por tratarse de una proliferación de células
inmaduras y anormales en la sangre, a la leucemia se le considera un
"cáncer de la sangre".
Síntomas de Leucemia
Los primeros síntomas son cansancio, falta de apetito o fiebre
intermitente. A medida que la afección avanza aparece dolor en los
huesos, como resultado de la multiplicación de las células leucémicas
en el sistema óseo. También aparece anemia, cuyas características son
palidez, cansancio y poca tolerancia al ejercicio, fruto de la
disminución de glóbulos rojos.
Asimismo, la reducción del
número de plaquetas provoca hemorragias esporádicas y la aparición de
manchas en la piel (petequias) o grandes hematomas, a consecuencia de
hemorragia causada por golpes leves. Además, pueden presentarse
hemorragias a través de nariz, boca o recto. Una de las hemorragias más
graves es la que se presenta a nivel cerebro, la cual puede ocurrir si
el número de plaquetas desciende en forma severa. Otra posible
consecuencia es la baja en el número de glóbulos blancos (leucocitos),
situación que repercute en las defensas del niño contra las
infecciones.
Tipos de Leucemia
Existen cuatro tipos principales de leucemia, denominados en función de la
velocidad de progresión y del tipo de glóbulo blanco al que afectan. Las
leucemias agudas progresan rápidamente; las leucemias crónicas se desarrollan
de forma lenta. Las leucemias linfáticas afectan a los linfocitos; las
leucemias mieloides (mielocíticas) afectan a los mielocitos. Los mielocitos se
transforman en granulocitos, otra manera de denominar a los neutrófilos.
Diagnósticos
Es difícil lograr el diagnóstico de la leucemia cuando ésta inicia, ya
que sus primeros síntomas son parecidos a los de otras enfermedades
típicas de la niñez. Estos síntomas son: cansancio, falta de apetito o
fiebre intermitente. Es debido a esta situación que los padres suelen
culparse por la demora en el diagnóstico, cuando incluso para el médico
resulta complicado reconocer esta situación en su primera etapa.
Tratamientos
El tratamiento recomendado en este tipo de padecimiento es la
quimioterapia. En ésta se emplean diversos medicamentos especiales
destinados a destruir las células leucémicas. Dicho tratamiento tiene
tres fases: la de inducción a la remisión, la de consolidación y la de
mantenimiento. En la fase de inducción a la remisión, cuya duración es
de cuatro a cinco semanas, se intenta destruir la mayor cantidad de
células malignas. Cuando ocurre la remisión, es decir el control
temporal de la afección, el niño suele lucir normal, ya que los
síntomas de la leucemia desaparecen. En ciertas ocasiones la remisión
es apenas parcial, por esta razón algunos síntomas no desaparecen del
todo. Sólo un pequeño porcentaje de los parientes no logra entrar en
remisión. La fase de consolidación dura de dos a tres semanas, mientras
que la de mantenimiento debe llevarse a cabo hasta completar tres años
de tratamiento.