El Centro de Investigación del Cáncer junto a la Fundación de la Universidad de Salamanca han elaborado un manual titulado ‘Consejo Genético: Guía para prevenir el cáncer hereditario’, con el que pretenden de una vez por todas, despejar las dudas que los ciudadanos tenemos respecto a la herencia del cáncer.
La investigación para realizar este manual ha corrido a cargo del Catedrático de la Universidad de Salamanca, Rogelio González Sarmiento, quien ha desvelado algunas de las incógnitas que siempre han sobrevolado sobre esta idea.
De esta manera, González Sarmiento ha desvelado que el cáncer en sí mismo no se hereda, sino que son los genes los que en un momento determinado, pueden mutar e inducir a otros a producir un cáncer. Aún así, Sarmiento defiende que las personas con herencia cancerígena no tienen más posibilidades de padecer la enfermedad, que alguien que lleva una vida sedentaria y fume tabaco, por ejemplo. De hecho, tan sólo el cinco por ciento de los más de doscientos tipos de cánceres que se conocen tienen un factor hereditario condicionante.
Según Sarmiento, cánceres como el de mama, el de piel, el de próstata o el de colón, afectan con mayor riesgo sobre las personas con genes heredados de la enfermedad. Por eso, es bastante importante realizarse un estudio genético si estamos dentro del factor de riesgo y así poder evitar que alguno de estos cánceres llegue a producirse en nuestro cuerpo.
Las personas que padecen estos genes no tienen asegurado el desarrollo del cáncer. De hecho, son muchos los factores que además influyen en su desarrollo. Fumar tabaco, llevar una vida sedentaria, la radiación solar, una dieta poco equilibrada y no hacer ejercicio físico son algunas de las causas que pueden hacer mutar los genes de las personas. De hecho, hay muchos portadores que nunca han desarrollado la enfermedad, mientras lleven una visa saludable.
Según González Sarmiento, tan sólo el diez por ciento de las personas que padecen estos genes, acaban por sufrir la enfermedad, aunque más vale prevenir que curar.
A todas las personas con padres o abuelos que han sufrido algún tipo
de cáncer se les recomienda llevar una vida sana. Incluso hacerte un
análisis de sangre para que puedan analizar tu ADN ayudaría mucho para
prevenir un futuro disgusto. Ya se sabe que la mejor forma de combatir
esta terrible enfermedad, es hacerlo a tiempo y pronto. La investigación para realizar este manual ha corrido a cargo del Catedrático de la Universidad de Salamanca, Rogelio González Sarmiento, quien ha desvelado algunas de las incógnitas que siempre han sobrevolado sobre esta idea.
De esta manera, González Sarmiento ha desvelado que el cáncer en sí mismo no se hereda, sino que son los genes los que en un momento determinado, pueden mutar e inducir a otros a producir un cáncer. Aún así, Sarmiento defiende que las personas con herencia cancerígena no tienen más posibilidades de padecer la enfermedad, que alguien que lleva una vida sedentaria y fume tabaco, por ejemplo. De hecho, tan sólo el cinco por ciento de los más de doscientos tipos de cánceres que se conocen tienen un factor hereditario condicionante.
Según Sarmiento, cánceres como el de mama, el de piel, el de próstata o el de colón, afectan con mayor riesgo sobre las personas con genes heredados de la enfermedad. Por eso, es bastante importante realizarse un estudio genético si estamos dentro del factor de riesgo y así poder evitar que alguno de estos cánceres llegue a producirse en nuestro cuerpo.
Las personas que padecen estos genes no tienen asegurado el desarrollo del cáncer. De hecho, son muchos los factores que además influyen en su desarrollo. Fumar tabaco, llevar una vida sedentaria, la radiación solar, una dieta poco equilibrada y no hacer ejercicio físico son algunas de las causas que pueden hacer mutar los genes de las personas. De hecho, hay muchos portadores que nunca han desarrollado la enfermedad, mientras lleven una visa saludable.
Según González Sarmiento, tan sólo el diez por ciento de las personas que padecen estos genes, acaban por sufrir la enfermedad, aunque más vale prevenir que curar.
fuente: www.hola.com