El cáncer es la alteración que sufre una célula, multiplicándose
rápidamente sin restricción y sin seguir ningún patrón establecido.
Bajo el término cáncer, agrupamos a más de 100 enfermedades que afectan
a todo el organismo. En México, las formas de cáncer más comunes son el
cervicouterino y de mama en las mujeres y el de próstata en los
hombres. Éstos se encuentran entre las cuatro causa de muerte más
comunes.
La soya juega un papel importante en la prevención del
cáncer de mama y de próstata. Investigaciones recientes demuestran que
la soya y sus componentes actúan en diferentes formas para prevenirlos:
como estrógenos y estimulantes del sistema inmunológico.
Los
compuestos de la soya (especialmente las isoflavonas), que actúan como
estrógenos, son determinantes para la prevención del cáncer de mama. La
soya previene el cáncer de próstata proveyendo tres antioxidantes: la
genisteína, el fitoesterol y el ácido fenólico. Estudios recientes
concluyen que las genisteína inhibe el desarrollo de las células del
cáncer de próstata. Estos antioxidantes trabajan evitando las
mutaciones celulares por el daño al material genético.
Otro
mecanismo con el cual la soya impide el cáncer es la inhibición de
enzimas involucradas con el desarrollo de la enfermedad, como es el
caso de la tirosin kinasa.
La soya también se considera un
anticancerígeno por estimular al sistema inmunológico. Algunos estudios
señalan que las isoflavonas presentes en la soya pueden reducir el
riesgo de cáncer por actuación de las células inmunes. Las isoflavonas
previenen la formación de tumores cancerosos bloqueando su crecimiento.
Agencias) Investigadores estadounidenses encontraron que un
extracto de soya reducía los niveles del antígeno específico de
próstata (PSA por sus siglas en inglés), en algunos casos hasta en más
75 por ciento en hombres cuyo cáncer de próstata no había sido tratado.
El incremento de los niveles del PSA, una proteína producida por las
células de la glándula próstata, es el responsable del desarrollo de
células cancerosas en los hombres, prinicpalmente en los mayores de 50 años
de edad.
Investigadores del Centro Davis de Oncología de la Universidad de California, Estados Unidos, estudiaron la relación del extracto de soya y los niveles elevados de PSA en 62 hombres con cáncer de próstata.
Los 62 hombres recibieron cinco gramos al día durante cinco meses de un complemento dietético que contenía genisteína, una substancia química con base vegetal que imita los efectos del estrógeno en el cuerpo.
De los 62 pacientes, 16 tenían cáncer de próstata que no había sido tratado y estaban en un grupo de \"espera vigilante\" (cuando el cáncer avanza lentamente sin causar síntomas), ellos reducieron de manera sorprendente sus niveles de PSA.
Aunque, tres de los 16 tuvieron que suspender la terapia porque el consumo de la soya les provocó graves daños intestinales, se logró comprobar que sus niveles de PSA bajaron entre tres y 61 por ciento.
Sólo en cinco de los 62 hombres sometidos a la investigación, (38 por ciento) el nivel de PSA subió, aunque esta proporción fue mucho menor que en los 46 hombres que habían sido tratados de cáncer de próstata.
El profesor Ralph deVere White, quien dirigió el estudio, el cual fue dado a conocer recientemente en la reunión de la Asociación Urológica Estadounidense en Chicago, dijo que los resultados deben interpretarseo con cautela, porque el número participantes es muy pequeño.
Investigadores del Centro Davis de Oncología de la Universidad de California, Estados Unidos, estudiaron la relación del extracto de soya y los niveles elevados de PSA en 62 hombres con cáncer de próstata.
Los 62 hombres recibieron cinco gramos al día durante cinco meses de un complemento dietético que contenía genisteína, una substancia química con base vegetal que imita los efectos del estrógeno en el cuerpo.
De los 62 pacientes, 16 tenían cáncer de próstata que no había sido tratado y estaban en un grupo de \"espera vigilante\" (cuando el cáncer avanza lentamente sin causar síntomas), ellos reducieron de manera sorprendente sus niveles de PSA.
Aunque, tres de los 16 tuvieron que suspender la terapia porque el consumo de la soya les provocó graves daños intestinales, se logró comprobar que sus niveles de PSA bajaron entre tres y 61 por ciento.
Sólo en cinco de los 62 hombres sometidos a la investigación, (38 por ciento) el nivel de PSA subió, aunque esta proporción fue mucho menor que en los 46 hombres que habían sido tratados de cáncer de próstata.
El profesor Ralph deVere White, quien dirigió el estudio, el cual fue dado a conocer recientemente en la reunión de la Asociación Urológica Estadounidense en Chicago, dijo que los resultados deben interpretarseo con cautela, porque el número participantes es muy pequeño.