El cáncer de esófago no suele presentar síntomas muy claros durante las
primeras fases de la enfermedad, de ahí que frecuentemente se
diagnostique en fases demasiado avanzadas de la enfermedad como para
tener cura.
La mejor herramienta para detectar lesiones precancerosas son los chequeos regulares, pero además, a medida que la enfermedad avanza, ésta puede reconocerse por algunos signos que van desde dificultades y dolor al tragar hasta tos persistente, pasando por vómitos, esputos sanguinolentos, ronquera, tos crónica o pérdida repentina de peso. Este tipo de cáncer suele aparecer alrededor de los 45 años, aunque puede desarrollarse en cualquier momento.
En cuanto al cáncer oral, aunque cada paciente puede experimentarlos de forma diferente, algunos de los signos que pueden indicarnos que estamos ante una situación maligna son:
Una llaga que no acaba de curar
Un bulto que aparece de repente en los labios o en el interior de la boca
Una mancha roja que aparece repentinamente en la lengua
Hinchazón en las mandíbulas
Dolor de oído
Cambios en la voz
Dolor en la zona
Problemas para masticar y tragar