Por el momento se desconoce la causa exacta que provoca el cáncer
bucal, aunque los expertos ya han identificado varios factores de
riesgo que podrían influir decisivamente en su desarrollo.
El tabaco es el principal de ellos. Se sabe que los cigarrillos tienen
relación con casi un 70-80% de los casos de cáncer oral. El humo
procedente del tabaco, pero también de puros y pipas, irrita las
membranas mucosas de la boca, mientras que el tabaco de mascar puede
causar irritación debido al contacto directo con estos tejidos. Dejar
de fumar es la mejor manera de reducir el peligro, pero éste no
desaparece por completo entre quienes han sido fumadores durante muchos
años.
El consumo de alcohol o una higiene dental deficiente también son circunstancias que se han relacionado directamente con esta enfermedad. Los expertos consideran que en el caso de las personas que fuman y además beben alcohol, se suman los efectos dañinos.
Otro factor que puede aumentar el riesgo es una patología denominada esófago de Barret. Se trata de una afección de las células que recubren la parte interior de este conducto, que son reemplazadas por células anormales que fácilmente degeneran a cáncer. Uno de los problemas que favorece la aparición de esta patología es el reflujo esofágico frecuente y duradero, una condición también conocida como acidez. Algunas sencillas recomendaciones son el control del peso, evitar las comidas pesadas e irritantes antes de acostarse, o agentes cancerígenos como el alcohol, el tabaco, la cafeína...