ROCHESTER, Minnesota, En uno de los primeros estudios enfocados exclusivamente
sobre los resultados posteriores al tratamiento de pacientes con cáncer de próstata de alto grado, los científicos descubrieron que la cirugía ofrece tasas de supervivencia altas. Científicos de Mayo Clinic, en colaboración con otros investigadores del Fox Chase Cancer Center en Filadelfia, descubrieron que los pacientes afectados por los tipos más agresivos de cáncer de próstata que se sometieron a procedimientos de prostatectomía radical alcanzaban una tasa de supervivencia específica a los 10 años de 92 por ciento y una tasa de supervivencia general de 77 por ciento. La tasa de supervivencia específica al cáncer de los pacientes que recibieron solamente radioterapia fue de 88 por ciento y la tasa de supervivencia general fue de 52 por ciento. Los resultados se presentaron en septiembre en la octogésimo-cuarta reunión anual de la Sección Norcentral de la Asociación Urológica Americana realizada en Chicago. “Desde hace mucho tiempo se creía que los pacientes con cáncer agresivo de próstata no eran candidatos a cirugía”, comenta el Dr. Stephen Boorjian, urólogo de Mayo Clinic. “Sin embargo, se descubrió que la cirugía permite controlar de manera excelente este tipo de cáncer de próstata a largo plazo. Además, dado que la cirugía permite el uso dirigido de terapias secundarias, como la privación de andrógenos, también ofrece la oportunidad de evitar o al menos retrasar las posibles consecuencias adversas para la salud de esos tratamientos”. De los 1.847 pacientes con cáncer agresivo de próstata (según la definición de la Red Nacional Integral
del Cáncer) que participaron en el estudio entre 1988 y 2004, 1.238 se sometieron a cirugía en Mayo Clinic y 609 fueron tratados con radioterapia en el Fox Chase Cancer Center. De los 609 que recibieron radioterapia, 344 también recibieron terapia de privación de andrógenos.
Los científicos analizaron las tasas de supervivencia específica al cáncer y general. La primera (tasa de supervivencia específica al cáncer) fue igual para quienes se sometieron a cirugía que para aquellos que recibieron radiación más terapia hormonal (92 por ciento). No obstante, la tasa de supervivencia general fue bastante mejor para quienes se sometieron a cirugía (77 por ciento) que para los pacientes que recibieron radiación más hormonas (67 por ciento) o los que de radiación solamente (52 por ciento). “La posibilidad de fallecer de los pacientes que recibieron radiación y terapia hormonal era 50 por ciento mayor a la de quienes se sometieron a cirugía. Esto se mantuvo, incluso después de controlar la edad de los pacientes, las comorbilidades y las características tumorales.
Los resultados obtenidos plantean que la administración de terapia hormonal en los pacientes con radioterapia pudo haber tenido consecuencias adversas para la salud”, señala el Dr. Boorjian.
“Es importante enfatizar que la cirugía es excelente para controlar a largo plazo a los pacientes con cáncer de próstata de alto riesgo”, añade el Dr. Boorjian. “El hecho de limitar la necesidad de hormonas evitaría consecuencias adversas para la salud. De todas maneras, antes de determinar el mejor abordaje para los pacientes con cáncer agresivo de próstata, es necesario realizar más estudios para evaluar las diferentes repercusiones de los tratamientos sobre la calidad de vida y mortalidad no vinculada al cáncer”.
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