La carne roja es una importante fuente de proteínas y grasas, además de aportar vitaminas y minerales como hierro, yodo, cinc, selenio y fósforo. Y, con frecuencia, la cantidad de carne presente en la dieta habitual de una determinada población ha servido para evaluar la calidad de su alimentación. Sin embargo, los datos de un estudio realizado en Estados Unidos, que ha durado más de veinte años, han confirmado que consumir demasiada carne roja, y sobre todo si se trata de carne procesada –como las salchichas-, aumenta las posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular, y también las tasas de mortalidad, tanto por esta causa como por cáncer.
La investigación, en la que han participado 83.644 mujeres y 37.698 hombres, tenía por objeto determinar la relación que existe entre la ingesta de carne roja y las causas de mortalidad. Aunque diversos estudios ya habían asociado el consumo de carne roja con mayores probabilidades de sufrir patologías cardiacas, diabetes e, incluso, varios tipos de cáncer –especialmente cáncer de colon- en este caso la población estudiada era mayor, y el seguimiento a los voluntarios se ha prolongado durante más de dos décadas, según han explicado los autores del estudio en Archives of Internal Medicine.
El consumo de carne roja, sobre todo de carne procesada –como las salchichas-, aumenta las posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular y de morir prematuramente
Los voluntarios cumplimentaron diversas encuestas -cada cuatro años-, en las que aportaban datos sobre los alimentos que consumían, tanto carnes rojas y procesadas, como pescado, cereales, legumbres… También proporcionaron información sobre su historial médico y si tenían antecedentes familiares de trastornos cardiovasculares, enfermedades oncológicas, diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia, así como sobre sus hábitos de vida: si practicaban algún deporte o ejercicio, si tomaban suplementos vitamínicos y, en el caso de las mujeres menopáusicas, también se tuvo en cuenta si estaban en tratamiento con terapia hormonal sustitutiva (THS).
De los 8.926 hombres que fallecieron durante el seguimiento, 3.073 murieron a consecuencia del cáncer y 2.716 debido a alguna patología cardiovascular; mientras que de las mujeres fallecidas, 6.391 murieron de cáncer, y 3.194 por enfermedad cardiaca. Los investigadores han señalado que las personas que comían más carne roja –tanto hombres como mujeres- destacaban también por ser los más sedentarios, los que consumían más tabaco y alcohol, y los que presentaban un mayor índice de masa corporal.
Carne roja: no más de 70 gramos al día
De acuerdo con los resultados del estudio una ración de carne roja al día –un trozo del tamaño aproximado de una baraja de cartas-, puede suponer un incremento del 13 por ciento en el riesgo de mortalidad prematura, que asciende al 20 por ciento si se trata de carne procesada (el equivalente a una salchicha o un par de lonchas de beicon). En relación con las causas de muerte asociadas al consumo de estos alimentos, el riesgo de mortalidad por patología cardiaca aumenta un 18 y un 21 por ciento respectivamente, y un 10 y un 16 por ciento en el caso de cáncer.
Ante estos resultados, que confirman además los obtenidos en otros estudios clínicos, los expertos abogan por sustituir la carne roja por otros alimentos que aporten proteínas de alta calidad (legumbres, como la soja, pescado, otras carnes como la de pollo, frutos secos y lácteos). De esta forma se evita el exceso de grasas saturadas y ciertas sustancias cancerígenas que se producen al cocinar la carne.
En España, según los especialistas, se consume demasiada carne roja, a pesar de ser un país en el que se pueden conseguir varios tipos de pescado a precios asequibles, además de legumbres, fruta y verdura. Por ello recomiendan cambiar los hábitos alimenticios y no ingerir más de 70 gramos de carne roja cada día –actualmente se estima que la media está en unos 250 gramos diarios-, aumentando en cambio la cantidad de legumbres, carne de ave poco grasa (pollo, pavo…), pescado rico en ácidos grasos omega 3, fruta y verdura.
La investigación, en la que han participado 83.644 mujeres y 37.698 hombres, tenía por objeto determinar la relación que existe entre la ingesta de carne roja y las causas de mortalidad. Aunque diversos estudios ya habían asociado el consumo de carne roja con mayores probabilidades de sufrir patologías cardiacas, diabetes e, incluso, varios tipos de cáncer –especialmente cáncer de colon- en este caso la población estudiada era mayor, y el seguimiento a los voluntarios se ha prolongado durante más de dos décadas, según han explicado los autores del estudio en Archives of Internal Medicine.
El consumo de carne roja, sobre todo de carne procesada –como las salchichas-, aumenta las posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular y de morir prematuramente
Los voluntarios cumplimentaron diversas encuestas -cada cuatro años-, en las que aportaban datos sobre los alimentos que consumían, tanto carnes rojas y procesadas, como pescado, cereales, legumbres… También proporcionaron información sobre su historial médico y si tenían antecedentes familiares de trastornos cardiovasculares, enfermedades oncológicas, diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia, así como sobre sus hábitos de vida: si practicaban algún deporte o ejercicio, si tomaban suplementos vitamínicos y, en el caso de las mujeres menopáusicas, también se tuvo en cuenta si estaban en tratamiento con terapia hormonal sustitutiva (THS).
De los 8.926 hombres que fallecieron durante el seguimiento, 3.073 murieron a consecuencia del cáncer y 2.716 debido a alguna patología cardiovascular; mientras que de las mujeres fallecidas, 6.391 murieron de cáncer, y 3.194 por enfermedad cardiaca. Los investigadores han señalado que las personas que comían más carne roja –tanto hombres como mujeres- destacaban también por ser los más sedentarios, los que consumían más tabaco y alcohol, y los que presentaban un mayor índice de masa corporal.
Carne roja: no más de 70 gramos al día
De acuerdo con los resultados del estudio una ración de carne roja al día –un trozo del tamaño aproximado de una baraja de cartas-, puede suponer un incremento del 13 por ciento en el riesgo de mortalidad prematura, que asciende al 20 por ciento si se trata de carne procesada (el equivalente a una salchicha o un par de lonchas de beicon). En relación con las causas de muerte asociadas al consumo de estos alimentos, el riesgo de mortalidad por patología cardiaca aumenta un 18 y un 21 por ciento respectivamente, y un 10 y un 16 por ciento en el caso de cáncer.
Ante estos resultados, que confirman además los obtenidos en otros estudios clínicos, los expertos abogan por sustituir la carne roja por otros alimentos que aporten proteínas de alta calidad (legumbres, como la soja, pescado, otras carnes como la de pollo, frutos secos y lácteos). De esta forma se evita el exceso de grasas saturadas y ciertas sustancias cancerígenas que se producen al cocinar la carne.
En España, según los especialistas, se consume demasiada carne roja, a pesar de ser un país en el que se pueden conseguir varios tipos de pescado a precios asequibles, además de legumbres, fruta y verdura. Por ello recomiendan cambiar los hábitos alimenticios y no ingerir más de 70 gramos de carne roja cada día –actualmente se estima que la media está en unos 250 gramos diarios-, aumentando en cambio la cantidad de legumbres, carne de ave poco grasa (pollo, pavo…), pescado rico en ácidos grasos omega 3, fruta y verdura.