Un 70% de los casos avanzados de cáncer de próstata
sin metástasis pueden ser tratados con éxito mediante la utilización de
una técnica hasta ahora desconocida en la Argentina: la Radioterapia de
Intensidad Modulada (IMRT, según sus siglas en inglés). Ese porcentaje
se eleva a casi el 90% en los tumores tratados en los primeros estadios
de evolución, según los datos obtenidos después de cinco años de
experiencia en los Estados Unidos.
"El cáncer de próstata provoca unas 30 mil muertes
por año en los Estados Unidos, y estimo que la incidencia debe ser
similar en el resto de América latina", dijo a LA NACION el doctor Bruce
Nakfoor, que cuenta con un posgrado en Oncología Radiactiva de la
Harvard Medical School´s Massachussets General Hospital.
Involucrado con la investigación clínica y básica,
Nakfoor estudio durante un año y medio en el laboratorio de Harvard el
tratamiento del cáncer de próstata usando una combinación de terapia
hormonal y radiación terapéutica, lo que le valió un importante premio
de la Asociación Americana de Cáncer.
El experto se encuentra en nuestro país y ofreció
conferencias sobre la IMRT a especialistas locales en el Simposio
Internacional sobre Avances en Urología 2004. La IMRT se utiliza desde
hace cinco años en Europa y Estados Unidos.
Años atrás, los tratamientos de radioterapia
permitían visualizar el tumor en las dos dimensiones; esto impedía
aumentar las dosis de radiación sin dañar los órganos circundantes. Así
fue que se comenzaron a buscar nuevas formas de tratamiento. Con el
advenimiento de la tecnología de tres dimensiones se hizo posible,
entonces, el desarrollo de lo que se conoce como Radioterapia de
Intensidad Modulada, que permite delimitar con suma precisión el área de
influencia del cáncer y evitar la radiación de los órganos críticos
circundantes.
Al estar bien delimitado el volumen del tumor
mediante las tomografías computadas y las resonancias magnéticas, es
posible utilizar filtros que bloquean la radiación en los tejidos sanos e
incrementar ésta en las zonas más afectadas.
¿En qué consiste el tratamiento por IMRT? En una
primera etapa se efectúa la fusión de imágenes provenientes de la
resonancia magnética y la tomografía computada del paciente,
transfiriéndolas en forma digital al sistema IMRT. De ese modo, el
equipo medico determinará cuál es el volumen exacto sobre el cual se
debe aplicar selectivamente la radiación, modulando su intensidad.
Luego se determinan los "campos de intensidad
variable", que deberán ser constantemente monitoreados y que son un
parámetro fundamental para determinar que el tratamiento se esté
desarrollando correctamente.
Sin secuelas
El IMRT insume al paciente cinco días semanales durante un total de nueve semanas. El especialista estadounidense aseguró que después del tratamiento no suelen quedar secuelas. Además, la radiación no es dolorosa para el paciente. "Durante el período que dura el tratamiento, los pacientes se quejan de un mayor incremento de la orina por la noche, que es más frecuente y más urgente, pero no hay dolor", señaló.Consultado sobre las diferencias que tiene este método en relación a otras terapias que también intentan evitar la radiación en los órganos sanos, como por ejemplo la braquiterapia o implante de semillas radiactivas, el entrevistado, señala que, si bien este tratamiento dura un solo día, los efectos colaterales pueden ser importantes: un 20% puede tener dificultades para orinar o padecer incontinencia, un riesgo que no existe con la radiación que ofrece la IMRT.
"La braquiterapia -dice- se utiliza en personas jóvenes y que no tienen riesgo quirúrgico. Además, el éxito del implante depende muchísimo de la destreza del profesional que lo haya realizado, si no, puede tener resultados nefastos."
Es importante señalar que los resultados de ambas terapias están igualados en lo que se refiere a los tumores que se encuentran en los primeros estadios. Según Nakfoor, el tratamiento también es aplicable en tumores del sistema nervioso central, cabeza y cuello, próstata y mama.
Una afección muy frecuente
La próstata es una glándula sexual masculina, que segrega el líquido prostático, que a su vez forma parte del semen. Aunque no se conoce el motivo por el cual las células de próstata pueden transformarse en cancerosas, sí se sabe que la testosterona (hormona masculina) estimula el crecimiento de un tumor prostático una vez que éste surge.Después de los cánceres de piel, el cáncer prostático es, en la Argentina, el que más frecuentemente afecta a la población masculina, con una incidencia del 6,2% y una mortalidad del 6,7% de los casos. En Estados Unidos, donde se diagnostican casi 200 mil nuevos casos por año, es directamente la primera causa de cáncer, según un estudio de la Universidad de Utah. Pero al ser silente y no presentar síntomas en la mayoría de los casos, es común que los tumores de próstata pasen inadvertidos hasta que el paciente, sin saberlo, llegue a estados relativamente avanzados de la enfermedad.