Se llama abiraterone y parte de la comunidad científica
lo ha presentado como el fármaco que puede revolucionar el tratamiento
de cáncer de próstata, el segundo más común entre los hombres después
del de piel y el segundo también más mortífero, aunque en este caso
después del tumor de pulmón. Es, según los investigadores, el avance más
significativo en el tratamiento de la próstata que ha surgido en los
últimos setenta años.
Las expectativas aún son más optimistas si se tiene
en cuenta que presenta una capacidad potencial de tratamiento de hasta
el 80% de los pacientes que padecen la forma más agresiva de este tumor y
cuya curación se resiste a la quimioterapia. Pero ¿en qué se basan
estas esperanzas? En un ensayo clínico realizado a 21 pacientes
afectados por cáncer de próstata agresivo en fase avanzada y que fueron
tratados con la droga desarrollada por el doctor Johann de Bonno, del
Instituto de Investigación contra el Cáncer del Reino Unido. Los
investigadores tomaron datos de un total de 250 varones de diferentes
lugares del mundo. «Creemos que hemos dado un gran paso en el
tratamiento del cáncer de próstata en su fase final», explicó a la BBC
Johann de Bonno. El estudio ha sido publicado en la revista científica Journal of Clinical Oncology .
Con todo, el oncólogo aún mantiene las reservas,
puesto que para probar la eficacia del abiraterone será necesario llevar
a cabo un ensayo clínico con una muestra mucho más amplia. La prueba ya
se está realizando en estos momentos con 12.000 enfermos repartidos en
hospitales de todo el mundo. En cualquier caso, si las expectativas se
cumplen y el fármaco acaba confirmando los pronósticos, su
comercialización podría ser posible a partir del 2011.
Pero ¿qué es lo que hace distinto el abiraterone
con respecto a las demás drogas utilizadas en el tratamiento de cáncer
de próstata? Que el fármaco actúa bloqueando las hormonas que alimentan
el cáncer. En cambio, los tratamientos actuales funcionan impidiendo que
los testículos produzcan testosterona.
En este caso, sin embargo, los científicos han
descubierto que el cáncer se puede alimentar de las hormonas sexuales de
todas las fuentes, incluyendo reservas de las hormonas producidas por
el propio tumor.
Mejora de la calidad de vida
La investigación que acaba de ser publicada lo que
ha detectado es una contracción significativa del tumor maligno y
resistente, así como una reducción, observada en la mayoría de los
pacientes, en los niveles de una proteína clave producida por el cáncer y
conocida como antígeno específico de la próstata (PSA por sus siglas en
inglés). Esta proteína, aunque técnicamente se define como
glicoproteína, es la que se asocia al cáncer de próstata y la que
produce un aumento en la movilidad de los espermatozoides.
A los enfermos que participaron en el ensayo se les
hizo un seguimiento durante dos años y medio y la mayoría
experimentaron una mejoría significativa en su calidad de vida. Algunos
hasta dejaron de tomar morfina para calmar el dolor que causa la
metástasis en los huesos. El fármaco, según los investigadores, también
podría ayudar a otros enfermos de cáncer.