Detección del virus del papiloma humano en varones


En los últimos treinta años se ha observado un incremento notable en la prevalencia de la infección por el virus del papiloma humano (VPH), tanto en sus formas clínicas o condilomas, como en sus formas de expresión subclínicas, identificables solamente mediante cambios celulares detectados en citologia y colposcopia.
Las lesiones de tracto genital inferior como los carcinomas de estas regiones están influenciados por el virus del papiloma humano, siendo este la causa en un 99% de los casos. Hoy en día se acepta que tanto los carcinomas de pene como de cervix son enfermedades de transmisión sexual ya que tienen su origen en el virus del papiloma humano.

La introducción hace aproximadamente 50 años de la citologia de Papanicolaou como técnica de cribado ha producido una importante disminución en las tasas de incidencia y mortalidad por cáncer de cervix y pene, y con la introducción en la época de los 90 de la citologia en fase liquida estas tasas de incidencia se han reducido aun más. Por otra parte la citología detecta un número no despreciable de lesiones celulares que carecen de significado clínico. Dentro de este grupo se encuentran los cambios citológicos producidos por las infecciones transitorias por virus del papiloma humano o las lesiones escamosas intraepiteliales de bajo grado.
Actualmente la citología se utiliza con cuatro indicaciones precisas que son:

1. Como método de detección primaria,
2. Valoración pronóstica y de seguimiento de las lesiones de bajo grado. 
3. Control de curación post tratamiento. 
4. Evaluación de lesiones de significado incierto que pueden llegar a desarrollar lesiones de bajo grado. (ASCUS Y AGUS). 

Los virus del papiloma humano son miembros de la familia papovaviridae, pequeños virus compuestos de ADN, de 8000 pares de bases. Su estructura, es compartida por más de 100 tipos secuenciados hasta la fecha y consta de varios genes, unos de expresión temprana y 2 genes de expresión tardía, cuya expresión se traduce en proteínas implicadas en la regulación y replicación viral. De todos los tipos de virus secuenciados hasta la fecha aproximadamente 40 tipos infectan el área ano genital, de éstos, unos 15 a 20 tipos provocan o evolucionan hacia carcinomas. La gran mayoría de virus que causan carcinomas están asociados a los serotipos 16 y 18, mientras tanto los serotipos 6 y 11 son los que más se relacionan con patologías de tipo condilomatosa.
Los virus de papiloma humano al igual que otro gran número de virus aprovechan la maquinaria celular para replicarse, es decir son afines por los epitelios (epiteliotróficos). Al infectarse la persona el virus se desplaza a las células más profundas de los epitelios (es decir las células basales que dan origen a los diferentes tejido como la piel del pene o la piel de la vulva o cuello del útero). Ahí permanecen en forma latente (episoma), durante un período que puede variar de 6 meses a dos años en promedio. Aunque este periodo depende del sistema inmunológico de la persona infectada, es decir, podría acortarse o extenderse.
En determinadas circunstancias fisiológicas de permisividad inmunológica, es decir, cuando las defensas del cuerpo se bajan, y tras un periodo de persistencia de la infección, generalmente largo, las partículas de ADN viral que se encuentran en el citoplasma celular de las células basales, sufre un proceso de integración dentro del núcleo de la célula y con ello una serie de transformaciones en el núcleo celular que llevan a provocar un cambio tumoral de esta.
Los tipos de virus del papiloma humano que afectan a mucosas se transmiten predominantemente por vía sexual. Se han descrito otras formas alternativas de transmisión como son la vertical o materno-fetal y horizontal.