Investigadores de Johns Hopkins sugieren que las células madre neurales pueden regenerarse después del tratamiento contra el cáncer
Los científicos han creído durante mucho tiempo que las células sanas del cerebro, una vezdañadas por la radiación diseñada para matar a los tumores cerebrales,
no podían regenerarse.Pero una nueva investigación de Johns Hopkins en ratones sugiere que las células madre neurales, la fuente del cuerpo de nuevas células cerebrales, son resistentes a la radiación, y pueden ser despertadas de un tipo de estado de hibernación para reproducirse y generar nuevas células capaces de migrar, reemplazar las células dañadas y potencialmente restaurar la función perdida.
“A pesar de estar muy afectadas por la radiación, resulta que las células madre neurales son como las fuerzas especiales, están a la espera de ser activadas”, dice
Alfredo Quiñones-Hinojosa, MD, profesor de neurocirugía en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins y líder del estudio publicado en línea en la revista Stem Cells.
“Ahora podemos encontrar la manera de liberar el potencial de las
células madre para reparar daños del cerebro humano”.Los hallazgos, agrega Quiñones-
Hinojosa, pueden tener consecuencias no sólo para los enfermos de cáncer del cerebro, sino también para las personas con enfermedades neurológicas progresivas,como la esclerosis múltiple (MS) y la enfermedad de Parkinson (PD), en la que las funciones cognitivas empeoran cuando el cerebro sufre permanentes daño en el tiempo. En el laboratorio de Quiñones- Hinojosa, los investigadores examinaron los efectos de la radiación sobre las células madre neurales de ratones probando las respuestas de los roedores a una lesión cerebral posterior. Para el experimento, los investigadores utilizaron un dispositivo inventado y utilizado sólo en Johns Hopkins que simula con precisión la radiación localizada utilizada en el tratamiento del cáncer humano.Otras técnicas, dicen los investigadores, utilizan demasiada radiación para imitar con precisión la experiencia clínica de los pacientes con cáncer cerebral.
En las semanas después de la radiación, los investigadores inyectaron a los ratones con lisolecitina, una sustancia que causa daño cerebral mediante la inducción de una lesión desmielinizante en el cerebro, igual a la presente en la EM. Encontraron que las células madre neurales en la zona subventricular del cerebro irradiado generó nuevas células, que acudieron al lugar para rescatar a las células dañadas recientemente lesionadas. Un mes más tarde, las nuevas células se habían incorporado a la zona desmielinizada donde nueva mielina, la proteína que protege los nervios, se
estaba produciendo. “Estos ratones tienen daño cerebral, pero eso no quiere decir que sea irreparable”, dice Quiñones Hinojosa. “Esta investigación es como el trabajo de detective. Estamos poniendo una gran cantidad de pistas juntas. Esta es otra pequeña pieza del rompecabezas.
El cerebro tiene unas capacidades innatas para regenerar y esperamos que haya una manera de tomar ventaja de ellas. Si podemos aprovechar este potencial en los seres humanos, es posible que podamos ayudarles a recuperarse de la radioterapia, los accidentes cerebrovasculares, trauma cerebral, y lo que sea”. Sin embargo, sus resultados pueden no ser del todo una buena noticia. Las células madre neurales se han relacionado con el desarrollo de tumores cerebrales, advierte Quiñones Hinojosa. La resistencia a la radiación descubierta en sus experimentos, dice, podría explicar por qué el glioblastoma, la forma más mortal y más agresiva de cáncer de cerebro, es
tan difícil de tratar con radiación.