Tratamientos para cáncer de piel
El tratamiento del cáncer de piel varía de acuerdo con el tipo de tumor (Ej: carcinoma basocelular o melanoma maligno), su tamaño y localización, según sea un tumor nuevo o recurrente luego de un tratamiento previo fracasado, según la edad, sexo y el estado de salud del paciente.
Hay factores económicos que deben considerarse. También deben respetarse, dentro de lo posible, las preferencias de los pacientes respecto a las opciones terapéuticas válidas para cada caso.
El objetivo consiste en extirpar o destruir completamente el cáncer de piel con el primer tratamiento, causando el menor daño posible a los tejidos sanos adyacentes.
El tratamiento de elección para la mayoría de los cánceres de piel es quirúrgico.
Los procedimientos más comúnmente usados son:
Curetaje y electrodesecación
Es el método más simple para extirpar tumores de piel. El cáncer es ‘raspado’ repetidamente mediante un instrumento con forma de cuchara o anillo con borde afilado. Luego se usa una aguja eléctrica que coagula el tejido para destruir las restantes células cancerosas y controlar la pérdida de sangre.
Este es el tratamiento más común para el carcinoma basocelular. Es más económico y rápido que la extirpación quirúrgica, pero deja una cicatriz más visible. El porcentaje de curaciones es ligeramente inferior a los métodos quirúrgicos con control microscópico.
Extirpación quirúrgica total o radical
Este método extirpa la formación tumoral con un margen adecuado de piel sana. Este tejido sano que se sacrifica contribuye a asegurar que se han eliminado todas las células cancerosas. Según su tamaño y localización, la herida resultante se sutura o se cubre mediante un injerto o un colgajo.
Criocirugía:
El nitrógeno líquido destruye las células pre-cancerosas o malignas por un proceso de congelamiento. La Criocirugía se emplea principalmente para las Queratosis actínicas precancerosas. Su uso para el cáncer de piel requiere una gran experiencia y tiene la limitación que no se puede controlar la presencia o ausencia de tumor remanente luego del tratamiento.
Radioterapia
En el cáncer de piel de difícil tratamiento quirúrgico, las radiaciones pueden usarse para destruir los tumores. Por lo general se indica en pacientes mayores con complicaciones que imposibilitan o dificultan a la cirugía convencional (alteraciones de la coagulación, intolerancia a la anestesia, etc). Puede indicarse también para disminuir el tamaño de un tumor antes de su extirpación o como tratamiento complementario luego del acto quirúrgico.
Cirugía de Mohs
En este procedimiento se “afeita” el tumor como quien realiza cortes de fetas de tejido tumoral paralelas a la superficie de la piel. A medida que se retiran las capas, se analizan microscópicamente. Se continúa sacando tejido capa por capa hasta que no aparezcan células anormales. De esta forma, se sacrifica menos tejido sano y se garantiza la eliminación completa del tumor.
La cirugía de Mohs se usa habitualmente para tumores basocelulares y espinocelulares recurrentes o para aquellos ubicados en áreas tales como la nariz, las orejas o alrededor de los ojos.
La cirugía de Mohs se usa habitualmente para tumores basocelulares y espinocelulares recurrentes o para aquellos ubicados en áreas tales como la nariz, las orejas o alrededor de los ojos.
Cirugía láser
Un delgado rayo de luz intensa extirpa o vaporiza las formaciones tumorales. Por su precisión, el Láser destruye poco tejido sano. La cirugía Láser tiene indicaciones precisas en dermatología: su uso para el tratamiento del cáncer de piel ofrece algunas ventajas sobre otros tratamientos (menor sangrado) pero no garantiza mayor eficacia terapéutica.
Es un método experimental, excepto cuando se usa el Láser como un bisturí, con lo que se obtienen resultados similares a la extirpación quirúrgica clásica.
Es un método experimental, excepto cuando se usa el Láser como un bisturí, con lo que se obtienen resultados similares a la extirpación quirúrgica clásica.
Inmunoterapia
Diversas investigaciones han comprobado que la inmunoterapia puede resultar útil en el tratamiento del cáncer de piel, especialmente en el caso del melanoma maligno. Su uso está reservado al especialista en oncodermatología y para casos seleccionados, casi todos ellos de melanoma maligno.El uso de Interferón en altas dosis ha sido aprobado por la FDA de EEUU para casos de melanoma maligno de alto riesgo de metástasis o con metástasis ganglionares comprobadas. Su eficacia ha sido discutida en trabajos recientes.
Las vacunas contra el melanoma son experimentales y se administran bajo estrictos protocolos de investigación.